domingo, 14 de abril de 2013

Majareta


“Se despertó temblando, con sudores fríos y con un corazón que marcaba un ritmo agotador,devastador. Sus pupilas dilatadas, la boca seca, el pelo revuelto y sus labios desprendían monosílabos -no,no,no-. El miedo había atormentado sus sueños y abrumado su despertar.”

El mayor enemigo del hombre es el miedo. La mayor parte de las veces provocado por la inseguridad e infundado en pequeñas enajenaciones mentales, que se sirven en bolsitas de té.

Cuando el terror se apodera de ti, el titubeo cerebral de la realidad y el pánico a perder lo que se quiere, estás solo amigo.

Puede que no seas tú el demente, el chiflado. ¿Quién te ha dicho que no sea tuya la verdad? Ésta no viene impuesta por mayorías, viene impuesta por lógicas y encajado de piezas.  Algunos filósofos enunciaban que la verdad era sinónimo de mayoría. El mundo está lleno de filósofos (personas que piensan, pensadores). Sin embargo, ¿quién piensa? Nadie.

El loco llega a la evidencia, como Sócrates. Llamarlo loco es un acierto, era un sabio que deliró cuando nadie lo creyó. Su realidad y justificación fueron palabras perdidas en un mundo de insensatos.
Palabras perdidas.